Hay veces que los sueños te vienen a buscar, tu ni ganas de remontarlos y ellos van atrás tuyo, volando a tu altura, rozando tus ganas. Murmurando en tu oído cosas impensadas. Y tu ahí, tan frágil, tan mirame y no me toques, tan mejor seguí de largo, y el sueño empecinado por meterse en tu, por abrir tus alas y volar como un chico atravesando el campo al atardecer, con el corazón encendido y los pasos mágicos. Así de simple se hacen realidad algunos sueños que nunca alimentamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario